La forma de la ventana.- El tipo de ventana, así como la orientación de la habitación, son factores determinantes a la hora de elegir la cortina. Mantener la proporción entre la cantidad de tela y su largo, y el tamaño de la ventana es fundamental.
Calcula bien los metros de tela.- Para realizar el cálculo de los metros de tela que necesitarás para tus cortinas, añade 30 cm al ancho de la ventana y luego multiplica el resultado por 2, 2’5 o 3, según quieras una cortina con más o menos frunces.
El largo ideal.- En cuestión de largos hay muchas tendencias. Lo más habitual es agregar unos 15 cm al largo de la ventana. Sin embargo, si te gusta que las cortinas arrastren, añade 10 cm más: así quedarán apoyadas en el suelo.
Lograr una buena caída.- Para tener unas cortinas con una bonita caída, opta por telas “pesadas”, como los linos gruesos, las sedas salvajes o las chenillas. Si quieres usar telas frescas, elige lonetas, arpilleras de algodón o linos con seda.
Visillos, perfectos para ganar luz.- La opción más eficaz para ganar luz natural es utilizar tela de visillo para la confección de las cortinas. Sus tejidos, vaporosos y ligeros (hilo, voile, lino de trama abierta), son perfectos para aprovechar la luz del sol.
Combinaciones acertadas.- Los grandes ventanales, las puertas balconeras y las ventanas del dormitorio son las mejores candidatas para las combinaciones de cortinas con visillos (la opción más clásica), o caídas con estores (la apuesta más actual).
Abrazaderas, un remate con encanto.- En ventanas con doble cortina, cortinajes forrados con muletón o combinaciones de caída y visillo, recurre a las abrazaderas (tiras o cordones que sujetan la cortina): son ideales para recoger el exceso de tela.
Galerías y bandós.- Si eliges dobles cortinas o combinas cortinas con visillos colgados de rieles, es recomendable tapar el mecanismo con una galería (de madera y tapizada) o un bandó (realizado con tela): da un aspecto más acabado.
Acabados decorativos.- A la hora de colgar las cortinas de una barra, los remates decorativos te ayudarán a crear la atmósfera que buscas: las trabillas son desenfadadas; los lazos, románticos; las anillas de cuerda aportan un toque rústico.
Sistemas para colgar cortinas.- Existen dos sistemas básicos para colgar las cortinas. Los clásicos cortineros de barra son la opción más simple y se acompañan de anillas o trabillas. Los rieles permiten manejar más fácilmente la cortina, aunque son menos estéticos.
Tensores: una solución fácil.- Una opción eficaz y discreta para pequeñas cortinas o estancias de aire más informal son los tensores. Se trata de un cable de acero del que cuelgan unas pinzas que sujetan la cortina. Ideal para telas ligeras.
Cortinas para el baño y la cocina.- Estas estancias requieren telas sufridas, resistentes a la humedad y al vapor. Opta por estores o cortinillas de media ventana, en hilo de algodón o loneta, tanto lisas como con pequeños motivos decorativos.
Truco para la sala.- La sala requiere soluciones que sirvan para crear un espacio acogedor y armónico. Si es grande opta por combinar cortina y visillo o cortina y estor; si es pequeño, elige estores; y si es oscuro, decántate por visillos solos.
Recámaras relajantes.- Para conseguir recámaras serenas y salvaguardar la intimidad, opta por combinar cortinas tupidas con visillos ligeros. Así tendrás luz durante el día y podrás cerrar el espacio durante la noche.
Para habitaciones infantiles.- Las elecciones preferidas para los más pequeños son las telas frescas de algodón, en colores vivos o con motivos infantiles. Elige estores o caídas suaves, que tienen un efecto más ligero, no abuses de los cortinajes.
Telas lisas o estampadas.- Las cortinas estampadas animan grandes estancias, siempre que el dibujo guarde proporción con el espacio (es decir, que el estampado pueda apreciarse bien). Las cortinas lisas son ideales para estancias pequeñas.
Más sensación de amplitud.- La apuesta más segura para habitaciones pequeñas es vestir las ventanas con estores o visillos y elegir telas claras o semitransparentes. Además, si optas por un tono igual al de la pared, ganarás sensación de espacio.
Suavizar la entrada de sol.- En estancias con mucha entrada de luz natural, lo mejor es elegir cortinas y visillos dobles, tejidos tupidos o sobrecortinas. También puedes decantarte por estores enrollables de tela screen o de filtro solar.
Para habitaciones con poca luz.- La solución para habitaciones faltas de luz son las cortinas confeccionadas con tela de visillo: vaporosas muselinas, voiles, organzas. En color blanco, expanden la claridad; en tonos amarillos, crean efecto de luz solar.
Una paleta de color acertada.-
El tono que has elegido para la pared, así como las telas de las tapicerías, cojines o pantallas, te marcarán la gama predominante y el tono idóneo para las cortinas. Si dudas, decántate por los neutros: nunca fallan.
Finalmente, debes tener en cuenta que además de la textura de la tela, las cortinas deben combinar con la decoración del ambiente donde la vas a colocar. Si no estás seguro en la elección, un buen consejo es que pidas algunos retazos de muestra para llevar a casa y ahí observar cómo lucirán, teniendo en cuenta la iluminación y decoración de cada estancia.
Al comprar la tela no olvides pedir al vendedor información sobre cual es la mejor manera de limpiar y mantener en condiciones cada tipo de material, para así conservar la calidad y color de la misma por más tiempo. Por ejemplo, la loneta y el algodón pueden lavarse bien en la lavadora, mientras que el terciopelo y la mayoría de las telas delicadas necesitan de un lavado en seco.