Sin ninguna duda, el lavado es un proceso vital para conservar las prendas de vestir en buen estado por mucho tiempo. El lavado de las diferentes prendas de ropa tiene sus trucos, especialmente el de aquellas prendas de abrigo, las cuales pueden ser un poco más complejas de lavar y secar.
Antes de emprender el lavado con todos los abrigos que tengas en casa, es importante tener presente que dependiendo la composición de cada uno, hay ciertas medidas que debemos respetar. Para esto, es imprescindible que revises cada abrigo en busca de su etiqueta, en ella podrás encontrar pequeños consejos de lavado que evitarán que estropees la prenda.
Si tu abrigo ha estado guardado durante un largo tiempo (lo que ocurre normalmente en verano) y no te has asegurado de almacenarlo correctamente, lo más seguro es que esté cubierto de polvo.
Un método sencillo para limpiar el polvo de un abrigo es utilizar une mezcla de agua caliente y amoniaco de la siguiente forma: vierte un poco de agua caliente en un cuenco y luego añade una medida abundante de amoniaco. Coloca el abrigo extendido sobre una mesa, con un cepillo y en seco quita todo el polvo del abrigo. Una vez termines, remoja el mismo cepillo en la preparación de agua y amoniaco y limpia con él el abrigo de manera uniforme. Asegúrate de incidir en las zonas que suelen acumular más mugre, como suelen ser el cuello y los puños.
Luego, coge una bayeta limpia y humedécela en la mezcla de agua con amoniaco. Antes de pasarla por el abrigo, asegúrate de haberla escurrido bien.
Cuando el abrigo esté limpio, cuélgalo en algún lugar bien ventilado, como puede ser tu patio o terraza. El uso del amoniaco sobre la prenda tendrá un efecto desinfectante y limpiador, aunque seguramente pueda llamarte la atención el fuerte olor que este producto posee, pero no debes preocuparte porque al secarse, el olor se evaporará por completo.
Otro método para lavar un abrigo en casa es llenar una cubeta con agua tibia y verter sobre ella un poco de detergente suave. Humedece un paño en la mezcla de agua con detergente y limpia suavemente la superficie del abrigo. Luego, empleando otro paño humedecido solamente con agua, limpia cualquier resto de jabón.
Toma un paño seco y quita todos los excesos de humedad. Busca un lugar donde circule bien el aire y cuelga la chaqueta para que se seque.
Si por otra parte deseas limpiar el abrigo usando una lavadora, es muy importante estar atento a las indicaciones de las etiquetas que hemos mencionado antes, ya que según los materiales del abrigo, debes tomar diferentes precauciones.
De manera genérica, para lavar un abrigo en máquina debes comenzar por programar tu lavadora en el ciclo de lavado suave, asegurándote de que la temperatura del agua sea tibia, no superior a 30° C. Mientras la maquina se llena de agua, agrega una 1/4 taza de detergente (puede variar según el material del abrigo), coge la prenda de abrigo y asegúrate de que no cuente con nada en sus bolsillos, además cierra todos los cierres de la misma, por último, da vuelta el abrigo (que la parte interior quede hacia el exterior) e introdúcela en la lavadora.
Cuando coloques el abrigo en la lavadora, asegúrate de agregar también un par de prendas pesadas (por ejemplo 2 jeans), de esta forma, el peso extra ayudará a frotar el abrigo y también dará estabilidad a la lavadora.
Una vez acabe el ciclo de lavado, procede a secar el abrigo en la secadora, acompañándolo de un par de toallas secas para que estas absorban la humedad del abrigo durante el ciclo de secado.
El proceso de secado puede extenderse por varios ciclos de secado, una vez acabado retira el abrigo de la secadora y esponja con la mano, quitando el excedente de agua. Luego, vuelve a repetir el ciclo hasta que la prenda se encuentre totalmente seca.
- Al llegar las estaciones más calientes y temporalmente no uses tus abrigos, es aconsejable guardarlos bien doblados y también dentro de una bolsa bien cerrada, evitando así que estos se arruguen y se llenen de polvo.
- Si se trata de un abrigo de cuero, después del secado, es aconsejable utilizar un poco de acondicionador para cueros, dándole mayor vitalidad al material y dándole un efecto a nuevo.
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