Tratar de conciliar el sueño durante las calurosas noches de verano es más sencillo si cuentas con las sábanas adecuadas. Los tejidos frescos ayudan a que la sensación de agobio que producen las altas temperaturas sea más llevadera. No todo depende de la fibra elegida, sino también del tejido resultante, además de aspectos como su grosor.
- Conteo de hilos: El número de hilos por pulgada cuadrada (6,45 cm²) lleva desde hace años siendo sinónimo de sábanas de calidad. Cuanto mayor sea la densidad, mejor. Sin embargo, esta clave es más una herramienta de marketing que una verdad de la buena. Si unas sábanas tienen muchos hilos pero son de algodón malo, serán pesadas, rígidas y darán una calor atroz.
- Fibras naturales: El algodón es el rey de las fibras vegetales, pero no de cualquier tipo. Cuanto más largas sean las fibras, mejor. El egipcio es el más emblemático y está considerado todo un lujo. Desde hace un tiempo, el peruano, también denominado algodón pima o supima, le está haciendo la competencia. Si hablamos de fibras animales, la seda en verano es de lo más fresca, pero si sudas mucho, olvídalo porque no absorbe la humedad.
- Tejidos suaves: Una cosa es la fibra y otra el tejido. La mayoría de sábanas 100% algodón son de percal. Se trata de un tejido plano y mate, en el que los hilos verticales (urdimbre) y horizontales (trama) se cruzan de forma uniforme y repetitiva. El resultado es firme y suave al tacto. También es muy suave el tejido de satén, además de tener un brillo muy característico, pero es más cálido de cara al verano.
- Nada de sintéticos: El algodón de buena calidad no es barato, pero unas sábanas resistentes son una buena inversión. Existe la posibilidad de decantarse por unas de mezcla de algodón con poliéster al 50%, con la ventaja, además del precio, de que se arrugarán menos, pero se perderá frescura. Las fibras sintéticas, tales como el poliéster o el acrílico, no transpiran bien y resultan más ásperas. No son recomendables.
- Sin compuestos químicos: Si tienes problemas de alergias, entonces tendrás que tener mucho cuidado al elegir las sábanas. Es vital que no se hayan utilizado químicos durante el proceso de fabricación, algo muy común para que las telas no encojan o tengan menos arrugas al sacarlas de la lavadora. Para asegurarse, lo mejor es cerciorarse de que el algodón es orgánico, cultivado sin pesticidas ni insecticidas tóxicos.