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- Enjuágalos con frecuencia después de limpiar.
- Al final del día, sumérgelos en una solución de 1 litro de agua por 1 mililitro de cloro durante 30 minutos.
- Lava los trapos en tu lavadora en un programa largo a 60 °C y con un detergente potente, para eliminar toda la suciedad.
- Sécalos al sol y cámbialos con frecuencia, sin esperar a que estén muy sucios o viejos.
- Manténlos secos para evitar que proliferen las bacterias o gérmenes.
- Utiliza un paño diferente para manipular alimentos, secarte las manos y limpiar superficies.
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