En el día de hoy nos concentramos en la cocina. Y es que es uno de los lugares que más cosas se hacen. y por sobre todo donde más accidentes domésticos hay. Desde cortarte o romper algo, todo pasa por la mala iluminación. Pero hoy te damos útiles consejos para cambiar eso.
Ubica el fregadero junto a la ventana. Ahorrarás energía y contarás con la mejor fuente de luz que existe. Durante la noche, sustitúyela por un par de apliques situados sobre la ventana con bombillas que no excedan los 60 w para evitar posibles reflejos.
Una lámpara de techo suspendida sobre la mesa del office proporciona una iluminación ambiental. Si el modelo es regulable, cuando la subas contribuirás a la iluminación general de la cocina. La superficie de trabajo es necesaria por lo que si tienes armarios altos, coloca debajo de ellos fluorescentes, linestras o regletas de halógenos clase F para que no quemen los muebles.
La cocina requiere una iluminación práctica en función de la actividad que desempeñes en cada zona. No olvides equipar la zona de trabajo con enchufes para los electrodomésticos. Así evitarás los tan peligrosos alargies y eso de cocinar por la casa.
Luz general es básica para iluminar de forma uniforme la cocina y facilitar la reparación de averías o la limpieza. Consíguela con halógenos, empotrables de bajo consumo y con plafones.
Recuerda que las campanas extractoras incorporan una lámpara que garantiza la iluminación puntual mientras se cocina. Funciona con el mismo punto de luz hilo de la pared que necesitas para conectar la campana extractora.