Cuando hablamos de decoración siempre nos centramos en paredes, suelos, muebles y
complementos varios, pero ¿alguna vez hablamos de la cama? La cama es uno de los lugares donde pasamos más tiempo, aunque no seamos conscientes de ello. Dormimos en ella durante un mínimo de ocho horas al día y por supuesto tiene que empezar por disponer de un buen colchón que se adapte a nuestras necesidades o gustos (colchones más duros o más blandos, por ejemplo), pero existen otros complementos que debemos tener en cuenta para sentirnos a gusto en ella, pues también la utilizamos para otros momentos del día, como leer, charlar con nuestra pareja, descansar mientras vemos alguna película, etc.
Un decorador de interiores vería mucho trabajo en una simple cama, así que ten cuenta lo siguiente para la tuya:
- Estructura: el colchón ha de asentarse sobre una buena estructura que le aporte estabilidad y nos permita tener un buen descanso, pero ¿qué tipo de estructura elegir? Hay muchas opciones, desde camas bajas a esas altas que nos hacen sentirnos en una nube. Pero ¿y si prescindimos de la estructura? Podemos elegir, por ejemplo, una serie palés (tan de moda y tan vintage) que sirvan como estructura, entonces tendrás
una cama bajita estilo tatami.
O bien puedes decantarte por una buena estructura de madera que le dé un aire señorial, ¡y ni que decir tiene de esas tipo rococó con grandes varales! También puede ser que prefieres prescindir de la estructura visible (aunque sí que tiene que haber bajo el colchón) y colocar un estante que ocupe el largo del cabecero para así colocar varios complementos. No es tan simple como parece, pero no dejes esta decisión para la última, pues tiene una gran importancia.
- Sábanas: ¿te encantan los estampados y los colores fuertes o prefieres tonos suaves y elegantes? A la hora de comprar juegos de sábanas tienes que tener en cuenta tus gustos así como la combinación de varias partes de la cama, como son las sábanas con las fundas de las almohadas o el nórdico. Si el nórdico tiene colores muy estridentes, tal vez puedas elegir sábanas de tonos más básicos, o al contrario. Otro punto que has de tener en cuenta es el material de la sábana, que dependerá del clima de donde vivas o de tu temperatura corporal: ¿sábanas fresquitas o mejor de las de franela?
- Nórdicos: un buen nórdico es básico si vives en una zona de mucho frío, aunque también los hay menos gruesos para los climas más suaves. Pero lo importante y más llamativo es la funda a elegir, que como decíamos antes puede ser muy colorida y con estampados o rayas, o bien más sencilla y de tonos suaves y elegantes. Todo depende de la decoración del resto de la habitación y de tus gustos personales.
- Colchas: un detalle muy bonito es colocar una colcha en los pies de la cama a modo de decoración, o para utilizarla cuando lees sobre la cama tranquilamente. Las hay de muchos modelos, pero utilizar una de punto hecha por un familiar (es el regalo estrella de madres y abuelas) le da un toque muy cercano y hogareño.
- Almohadas y cojines: ¿prefieres limitarte a las almohadas o además te encanta llenar la cama con mil cojines? Todo depende de tus gustos, pero valora el color y cómo combinan con las sábanas y la funda del nórdico.
- Complementos: no solemos añadirle decoración alguna a nuestras camas, pero es un buen detalle. Por ejemplo, si dispones de un buen cabecero de madera, ¿por qué no colgarle unos farolillos pequeños que por la noche den una luz bonita? O si has optado por prescindir del cabecero y colocar un estante, ¿por qué no llenarlo de libros, por ejemplo? En este punto puedes ser todo lo original que quieras.