En muchos hogares se suelen utilizar paños o trapos para realizar la limpieza de la casa, sobre todo en la cocina. Al ser de tela, estos elementos pueden ser reutilizados si se vuelven a dejar impolutos y perfectos para volver a ser usados. No obstante, al ser objetos muy castigados – pues no olvidemos que recogen toda la suciedad – suele ser un tanto difícil eliminar todas sus manchas.
Sigue estos consejos y deja tus trapos libres de suciedad para que puedan volver a dejar tu casa completamente limpia.
Antes que nada, debes saber que es necesario mantener los trapos y paños de limpieza en perfectas condiciones. La higiene es básica y en caso de no limpiarlos adecuadamente, podrían acumular suciedad y transportarla a otros rincones de tu hogar. Si quieres eliminar completamente sus manchas y evitar que se queden incrustadas eternamente, lávalos a menudo.
Los trapos son elementos de limpieza que pueden meterse en la lavadora. Un truco: añade un poco de vinagre al trapo antes de ponerlo en el electrodoméstico. También puedes lavar el trapo en un recipiente con un poco de agua y detergente líquido e incluso puedes poner el paño en el lavavajillas. ¡Hay mil opciones de dejar perfecto tu paño de limpieza!
Evita la humedad. Antes de proceder a la limpieza de tu paño, procura que esté completamente seco. De este modo evitarás que aparezcan gérmenes y bacterias. Piensa que, sobre todo, los trapos de cocina son los que están expuestos a manchas más difíciles de eliminar, por ello resultará necesario tratar de mantenerlos limpios. A continuación te explicamos cómo lavarlos adecuadamente.
No mezcles. Evita hacer una misma lavadora para paños sucios y la demás ropa sucia. Un truco: antes de meterlos en la lavadora, colócalos en un recipiente con agua y un chorro de amoniaco. Deja los paños en remojo, así conseguirás que las manchas se ablanden antes de lavar el trapo. Ten mucho cuidado con el amoníaco, pues es un producto químico tóxico y corrosivo.
Después de un par de horas, pon una lavadora únicamente con los trapos sucios. Escoge el lavado que prefieras y recuerda no mezclarlos con la ropa. Cuando finalice el lavado, tiendelos, de ser posible, al aire libre.
Puede que no queden impolutos, pues son elementos que utilizamos para recoger la suciedad y suele haber manchas muy difíciles de eliminar. No obstante, conseguirás que tengan un mejor aspecto, huelan bien y puedan volverse a usar para realizar su cometido: limpiar.
Si decides lavarlos en el lavavajillas, debes hacerlo cuidadosamente, para evitar que las aspas del electrodoméstico se enreden con el paño y lo destrocen. Antes de limpiarlos, colócalos en un recipiente con agua hirviendo y un chorro de detergente líquido y unas gotas de lejía.
Además puedes dejar los trapos 24 horas en remojo en un recipiente con una mezcla de agua y lejía o también puedes ponerlos con agua hirviendo y detergente líquido durante unas horas. Con estos trucos tus manchas saldrán con mayor facilidad. ¡Pruébalo!
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