MANTENER LA COCINA LIMPIA SIN GRANDES ESFUERZOS

1: Lava los utensilios

  • En primer lugar, mientras estás cocinando, lava los utensilios que ya no vayas a necesitar o colócalos directamente en el lavaplatos. Guarda los ingredientes después de usarlos. Limpia las superficies y la tabla de cortar después de poner los ingredientes a cocinar. Vuelve a colocar el libro de cocina en su sitio. Te lo agradecerás a ti misma cuando termine la comida.
  • Después de servir la comida, llena las cazuelas inmediatamente de agua y añade una gota de JABÓN LÍQUIDO Mientras coméis, déjalas en remojo en el fregadero; la limpieza será mucho más fácil.
  • Durante la comida, retira gradualmente lo que ya no se va a usar. Llévate los entrantes cuando vayas a por el segundo plato, y retira los platos y las fuentes del segundo plato cuando vayas a por el postre. No vayas a ningún sitio con las manos vacías. De este modo, cuando termine la comida habrá muchas menos cosas que retirar y la mesa y las superficies se recogerán en un abrir y cerrar de ojos.



Paso 2: Despeja las encimeras

Las encimeras despejadas permiten una limpieza eficiente y rápida sin tener que mover las cosas de un lado a otro para pasar la bayeta. Sigue la regla de guardar todos los utensilios posibles en estanterías y armarios para que las superficies y encimeras estén despejadas. Al fin y al cabo, no todos los días utilizamos la máquina de hacer pasta o el colador. Deja a mano lo que necesitas a diario y coloca en las estanterías más altas o lugares menos accesibles lo que no uses tan a menudo. Asegúrate de que la mesa quede totalmente despejada después de cada comida poder limpiarla en un momento con Maestro limpio y un trapo. Otras cosas que puedes hacer:

  • Sujeta los cuchillos y las tijeras en una barra magnética clavada en la pared y guarda las especias en un estante al lado de los fogones. Los utensilios de cocina conviene guardarlos en un cajón debajo de los fogones y el aceite y las botellas de agua en un armario bajo.
  • Crea una caja para el correo y otros papeles y colócala en una estantería. Fija un día de la semana para revisar el contenido.
  • Si necesitas más espacio en los armarios de la cocina, separa la vajilla, los vasos y los cubiertos que utilices menos y busca un lugar diferente para guardarlos.

3: Establece un plan semanal

Algunas tareas hay que hacerlas en cada comida, pero otras solo son necesarias una vez a la semana. Fija un día para cada tarea semanal, así reduces el trabajo y la cocina estará siempre limpia. Agrupa las tareas en función del producto de limpieza que se necesita, así no tendrás que repetir la misma acción dos veces a la semana.

Propuesta de plan semanal:

  • Los lunes fregar los suelos.
  • Los martes quitar el polvo.
  • Los miércoles revisar la nevera y las estanterías y descartar cualquier producto caducado o comida en mal estado.
  • Los jueves limpiar las encimeras, los fogones y el fregadero.
  • Los viernes ordenar el correo y los papeles.
  • El fin de semana es mejor dedicarlo a pasar un buen rato con la familia, ¿no te parece?


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