El invierno es la época más fría del año y salir a la calle con temperaturas bajo cero se puede convertir en una tarea difícil, especialmente cuando queremos llevar a nuestro bebé. Quedarse en casa no es la solución adecuada y hay una serie de medidas que tomar para convertir cualquier paseo al aire libre en una experiencia inolvidable. Es normal que con el frío el bebé coja resfriados más fácilmente y esté con mocos durante unos días. Por eso debemos vestir a nuestro niño con la ropa adecuada, protegiéndolo del frío y cuidando de su salud.
En primer lugar, es fundamental proteger al lactante del sobrecalentamiento: en ocasiones, nos dejamos llevar por el miedo a que cojan frío, y tendemos a abrigarles en exceso o a exponerles a ambientes demasiado caldeados. Lo principal a tener en cuenta en los meses que se avecinan: el verdadero enemigo de los pequeños no es el frío, sino los cambios bruscos de temperatura, y los contrastes a la hora de salir del calor del hogar al frío de la calle. Estos consejos serán útiles a la hora de proteger a tu bebé del frío.
En invierno debemos vestir a nuestro bebé con bodys de manga larga, patucos y jerseys de lana para que el pequeño esté a gusto. Entre los accesorios no pueden faltar las mantas que podemos llevar en el coche y en el cochecito cuando estamos de paseo.
Los saquitos se adaptan al cuerpo del bebé, a su tamaño reducido. Cuando la fecha de nacimiento del bebé es en invierno, es aún más sensible y sufre más del frío.
Los pijamas manta son una buena posibilidad para que el bebé duerma caliente. Estos pijamas están realizados con material resistente y son de lana. Son útiles porque el niño suele destaparse más veces durante la noche.
También puede ser importante emplear humidificadores que mantengan la humedad del ambiente en un mínimo de un 50 por ciento, y controlar regularmente su temperatura corporal en la nuca y el cuello, para comprobar si están correctamenteabrigados o por el contrario pasan calor. Recuerda que el mecanismo de termorregulación del recién nacido aún no está del todo desarrollado, y por lo tanto otros signos, como el color de la piel, el sudor, o que tengan las manos muy frías o muy calientes, pueden inducir a equívocos.