Son cortinas mayormente pesadas en su elaboración y en el tipo de material con el cual son hechas. Éstas son ideales para aislar completamente la luz solar del exterior.
Igualmente funcionan para aquellos espacios cerrados donde la luz artificial también interfiere, siendo mayormente usadas en salas de conferencias o reuniones, donde suelen utilizarse proyectores y en donde debido a la claridad, es difícil distinguir la imagen.
Las cortinas convencionales de este tipo son usadas para estancias pequeñas como un salón de clases, consultorios médicos, una habitación, cuartos de hospitales, etc.
Pensando en el confort y en el buen diseño, pueden ser fabricadas en diferentes telas y además, tendrás la opción de motorizarlas.
Su principal característica es que permiten aislar por completo la luz del exterior convirtiendo la estancia en una especie de sala de cine pero también pueden reducir la sensación térmica o aumentarla ya que hay algunas que cuentan con tecnologías aislantes y otras que ayudan a almacenar el calor.
Los sistemas aislantes en este tipo de cortinas contienen una especie de capa que reflejan la luz por fuera evitando que el calor penetre hasta la estancia.
Aislantes del sonido
Estas cortinas están hechas con materiales aislantes como el poliéster y el acrílico, junto a una capa gruesa de algodón. Son perfectas para esos sitios ruidosos donde la contaminación sónica es más que notable y que por gusto propio, deseamos tener un poco de silencio.
Cortinas Black Out en el hogar
Aunque su uso es un poco más comercial y corporativo, esto no debe detenerte para adquirir una de estas cortinas siempre y cuando vaya de la mano con la decoración de la vivienda.
Para aquellas casas que están en climas cálidos, donde la luz solar incide directamente, estas cortinas pueden ser grandes aliadas para controlar la claridad.
Pueden usarse en habitaciones ya que su capacidad de aislamiento ayuda a crear ambientes más íntimos, teniendo un control total sobre la luminosidad que queremos darle a los espacios internos.