Algodón: Este es el tejido natural más común que podemos encontrar en la ropa. Se caracteriza por ser muy suave y cómodo; además, no irrita ni causa alergias en la piel.
Cáñamo: Este tejido es uno de los más ecológicos que se encuentra en el mercado textil. Es una tela muy duradera, ofrece protección contra rayos UV, es suave y brinda calor durante la temporada de invierno.
Lino: La ropa fabricada con este tejido, es muy útil para usarla durante la noche, ya que absorbe la humedad de la piel con facilidad; además, impide la proliferación de bacterias y elimina malos olores.
Rayón: Considerado un tejido semi sintético, no puede ser penetrado por el viento frio o la lluvia, es muy resistente y la ventaja es que se trata de una tela ligera y flexible.
Seda: La estructura química de la ropa de seda es muy parecida a la de la piel humana, por tal motivo no genera alergias. Es ideal para personas con piel sensible o seca, además no desprende pelusas o partículas, lo que beneficia a personas con problemas respiratorios.
Tencel: Se trata de una fibra natural que se obtiene de la pulpa de la madera. Se caracteriza por ser muy suave y es ideal para personas con piel sensible, porque ayuda a regular la temperatura corporal y no permite el crecimiento de bacterias.
Lana: Esta tela es una de las mejores a la hora de regular la temperatura en temporadas de frío, ya que brinda calor; sin embargo, no se recomienda usar en contacto directo con la piel ya que puede provocar irritación, ardor o comezón.
Yute: Este tejido es extraído de una planta tropical que lleva el mismo nombre; sus beneficios son la suavidad, resistencia y poder absorbente.