FUNCIONALIDAD: Ante todo, el dormitorio de un niño es un espacio que debe ser funcional y adecuado a sus necesidades ya que allí pasará gran parte del tiempo realizando tareas muy diferentes como jugar, estudiar y descansar.
SEGURIDAD: Aunque este punto también depende de la edad de los niños, hay elementos comunes que deben analizarse: ¿cuántas ventanas hay y a qué altura están?, ¿podrían representar un peligro para el niño?, etc.
ORDEN: Un cuarto limpio y ordenado no solo es reflejo de los buenos hábitos!, también influye en el bienestar, concentración y humor de los pequeños, además de ayudarles a desarrollar otras habilidades importantes para la vida
COLORES: El color, combinación de colores y/o papel para la pared deben presentar un equilibrio para que el niño se sienta a gusto y se apropie de su espacio, además de permitirle descansar o concentrarse cuando sea necesario.
ILUMINACIÓN: Tanto la luz natural como el aire son vitales para cualquier dormitorio, por lo que es recomendable tener dos tipos de cortinas; una que permita el paso de la luz y mantenga la privacidad cuando se desee.