Todos los que sufrimos de poco espacio en la cocina, y somos muchos, deseamos un espacio mayor para cocinar, para preparar los alimentos, para guardar la inmensa cantidad de objetos y utensilios que utilizamos para cocinar y etcétera, ¿verdad? Por desgracia, a no ser que hagamos reforma, no vamos a conseguir espacio extra de la nada, pero con algunos cambios aquí y allá y aplicando algún truco, como los 11 que vamos a ver a continuación, sí que podemos hacer de ese espacio pequeño del que disponemos, un espacio práctico, en el que nos sintamos cómodos cocinando y, por qué no, también, pasando el rato.
Todos los que sufrimos de poco espacio en la cocina, y somos muchos, deseamos un espacio mayor para cocinar, para preparar los alimentos, para guardar la inmensa cantidad de objetos y utensilios que utilizamos para cocinar y etcétera, ¿verdad? Por desgracia, a no ser que hagamos reforma, no vamos a conseguir espacio extra de la nada, pero con algunos cambios aquí y allá y aplicando algún truco, como los 11 que vamos a ver a continuación, sí que podemos hacer de ese espacio pequeño del que disponemos, un espacio práctico, en el que nos sintamos cómodos cocinando y, por qué no, también, pasando el rato. No te pierdas estos 11 trucos para cocinas pequeñas.
Divide y vencerás. Si vives en un estudio donde la cocina y el salón están en el mismo espacio, sin dividir, crea la ilusión de que la cocina está dividida con una alfombra. Dependiendo de dónde pongas la alfombra, le ganarás metros a la cocina o se los quitarás. Encuentra un equilibrio, y haz, usando una alfombra, que la cocina adquiera espacio propio, lo más grande posible.
Cambia los armarios por estanterías abiertas. Si crees que puedes prescindir de algunos armarios, o quizá de todos, quítalos, deja las paredes al descubierto, y en su lugar, instala baldas o repisas abiertas, donde poder dejar todos los platos, ollas y demás enseres que había en los armarios. Las estanterías abiertas no recargan tanto el espacio. Tanto visual como físicamente, la cocina será más amplia.
Apoyarnos en el color para hacer la cocina, aunque sea visualmente, más amplia, es otra buena idea. El blanco, naturalmente, es el color más apropiado por sus características, pero los colores que se encuentran en la parte fría del círculo cromático, especialmente el azul, crean la sensación de alejarse, de profundidad. No es necesario pintar toda la cocina de azul o de cualquier otro color “frío”, pero podemos pintar algunas zonas, como en la imagen de arriba de estas líneas para potenciar la sensación de amplitud.
Elimina todo lo que no uses. A todos nos gustaría ser un gran chef con muchas herramientas a las que damos buen uso, pero hay que ser realistas, utilizar el sentido común. Prioriza y ten en la cocina lo que usas más a menudo, lo demás lo puedes dejar en otra estancia en una caja guardad por si llega la hora de utilizarlo. Una cocina despejada es una cocina libre.
Crea uniformidad. Tanto con el color, como con las texturas como con los distintos materiales que hay en una cocina pequeña, hay que crear uniformidad. Una cocina que tiene los armarios de un color, el suelo de varios, y además, madera, azulejos y otros materiales que suele haber en las cocinas, parecerá desordenada, caótica; nunca estará en orden, por muy limpia y organizada que la tengamos. En cambio, una cocina que mantenga una uniformidad, será una cocina limpia y organizada a la vista; ligera, visualmente hablando.